Trabajadores de la RATP -Administración Pública de Transporte parisino- realizaron un paro durante la jornada de este viernes con un alto acatamiento, sobre todo en buses y la red de tranvías. Luchan contra intentos de privatización, por sus derechos laborales y aumento de salarios.
La jornada de huelga en la RATP tuvo un amplio acatamiento, con más del 70% de los trabajadores en huelga en toda la red de superficie. Este viernes, cuando todavía no había amanecido, los piquetes se instalaron frente a las terminales, en medio de autobuses que no saldrían en todo el día.
El enfado está presente y es palpable, todos repiten una cosa: "tienen que aumentar los salarios". Cyril -maquinista de Belliard- recuerda que la dirección de la RATP sólo ofrece un aumento de 7 euros brutos en las negociaciones anuales obligatorias, y responde enfadado: "Eso no es ni el precio de una pizza. La directora general de la RATP ha aumentado su sueldo en 50.000 euros, mientras que nuestros salarios llevan diez años congelados".
1/2 "Ils veulent enlever les repos, les primes, augmenter le tps de travail. On a plus de vie de famille. Ajd, on se bat pour augmenter les salaires, ils nous ont proposé +0,4%, c'est indécent quand on voit la hausse du coût de la vie" Vincent, machiniste. pic.twitter.com/AanJCTWIg8
— Révolution Permanente (@RevPermanente) March 25, 2022
La cuestión de los salarios se plantea más acuciante cuando la inflación golpea duramente a los hogares más pobres. Faouzi, otro trabajador, también está preocupado por el depósito de Belliard: "los compañeros viven a una media de 40 kilómetros de París, es insoportable con el aumento de los precios". En el depósito de Lagny, Vincent, un maquinista en huelga, explica a Révolution Permanente: "Hemos pasado de 1,77 euros por litro de gasóleo a 2,17 en una semana. Y los salarios no se mueven. Al ingresar a la RATP se gana 1.600 euros netos al mes con bonificaciones. Pero con eso es imposible vivir en París, así que hay que alejarse, y ahí es donde no funcionan los llenados de tres cifras.
2/2 "y'a un mois, j'ai fait un plein à 1,77€, 6j après c'était 2,17€. Avec le conflit en Ukraine, tout va augmenter à cause du blé. On gagne 1600€ de base, on peut pas vivre à Paris, on doit faire des km pour taffer. Dc au moins 300 euros d'essence, on peut pas finir le mois." pic.twitter.com/QW2LX9auRa
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Además de los bajos salarios, también está el ataque a las condiciones de trabajo
Con la privatización en marcha, la dirección de la RATP pretende aumentar la jornada laboral en treinta minutos al día, dividir los servicios en dos turnos los sábados y suprimir seis días de descanso al año. Ante esta situación, una voz se alzó en la asamblea general celebrada frente a uno de los depósitos o terminales: "hay una emergencia y la lucha para responder a ella está en primer lugar en la huelga, porque es la única relación de fuerzas que existe, sin la cual la dirección no nos dará nada". El trabajador insistió: "si queremos mantener nuestras condiciones de trabajo, tenemos que hacer más huelga, tenemos que coordinarnos con los trabajadores del metro y salir juntos". Faouzi, en la misma línea, aseguró: "tenemos que dar un futuro a este día, no podemos detenernos en "días bisiestos" que nos llevarán al fracaso".
«La #greve est très suivie, on est à 80% sur l’ensemble du réseau bus. Mais si on veut conserver nos conditions de travail il faut qu’on tape plus fort, il faut qu’on arrive à se coordonner avec les travailleurs du métro et qu’on parte ensemble» Fred, gréviste du dépôt de Lagny pic.twitter.com/ZXkYBDGiQJ
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De los piquetes de Flandes, Malakof, Belliard, Lagny, Saint-Denis y muchos otros, los huelguistas acudieron a la sede de la RATP donde se organizó una manifestación.
Au depôt de Lagny, les grévistes vont commencer une assemblée générale ✊ pic.twitter.com/RS5qoshsrM
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¿Qué están haciendo los dirigentes sindicales después de los paros masivos en la RATP del 18 de febrero y 25 de marzo?
Anasse Kazib, trabajador ferroviario y exprecandidato presidencial, estuvo presente acompañando a los huelguistas este viernes: "es necesario hacer un balance de la batalla contra la reforma de las pensiones de 2019: lo que nos hizo fuertes fue la unidad, así que si queremos ganar no debemos volver a las lógicas corporativas".
Kazib que se convirtió en un referente del movimiento contra las pensiones en 2019 al frente de la Coordinadora RATP-SNCF explica: "entendimos durante ese movimiento que celebrar una huelga que se extiende en el tiempo es duro económicamente. Así que si queremos iniciar un conflicto más duro, necesitamos un plan de batalla sólido con fondos de lucha. Corresponde a las direcciones sindicales, que tienen miles de afiliados, poner ese dinero al servicio de la lucha por los salarios y contra la privatización".
"Il faut tirer les bilans de 2019, l'unité c'etait notre force. On est en pleine crise économique, il faut qu'on prépare nos combats, avec des caisses de grève, les syndicats doivent donner de l'argent !" @AnasseKazib, cheminot et militant SUD rail et @RevPermanente. pic.twitter.com/rBXhxicqKK
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Las jornadas de huelga del 18 de febrero y del 25 de marzo tuvieron una asistencia masiva en la RATP. Demostraron que la ira existe en las bases, y que el personal está dispuesto a luchar por sus condiciones de trabajo. No son los únicos, como han demostrado las huelgas por los salarios en la industria, el comercio minorista y la industria alimentaria. En este contexto, la política de las direcciones sindicales que se contentan con convocar jornadas de huelga aisladas, o incluso con negociar migajas empresa por empresa, fábrica por fábrica, es un enorme despilfarro que sólo puede conducir a la derrota.
En un momento en el que la situación política está polarizada por el discurso reaccionario de la extrema derecha y del gobierno de Macron, y en el que la guerra a las puertas de Europa afecta directamente a las clases trabajadoras, se trata de exigir un plan de lucha que unifique al sector del transporte público, y más en general a todo el mundo del trabajo.
Para un aumento general de los salarios, contra la destrucción de los servicios públicos, especialmente en el transporte, necesitamos coordinar la rabia en la base para construir un bloque que nos unifique a trabajadoras y trabajadores, junto con los usuarios, a través de una huelga que pueda extenderse, para poder triunfar.